En la copa el dulce vino se acababa. Su alcohol estaba casi evaporado... ya solo era jugo de uva.
La luna regalaba sus rayos de plata a todo aquello que dejara tocarse por ellos al aire libre y a algunas cosas mas que alcanzaba a rozar suavemente cuando entraba por la ventana.
En una mano el corazon... en la otra la razon... en el medio lo poco que quedaba de mi ser, avasallado, rendido, exsausto entre tanta conmocion. Tal vez fuese hora del juicio final, hora de poner ambas cosas sobre la balanza conmigo estableciendo el eje de equilibrio.
Pero que podia pretenderse con un eje de equilibrio que tiraba tanto para un lado como para el otro?... que le daba tanta importancia a la razon y la logica que la acompañaba, como al corazon con todos sus sentimientos?... Que hacer si hasta el corazon estaba confundido... si la razon ya no le encontraba sentido a las situaciones simplemente porque no lo tenian?
No podia borrar de mi mente los recuerdos... Besos y carias insistian en continuar anclados en mi piel... tu aroma persistia en el ambiente... tu voz aun era la suave melodia que hacia el fondo musical de mi vida. Imposible borrarte si el mundo no me lo permitia.
Pero el dolor era grande, tanto como la nostalgia... tan directamente proporcional al deseo que desesperaba. Nuevo beso, nueva herida...
El poco alcohol en mis venas desinhibia, y ante el hecho mas que claro de que yo no podia decidir por mi... tome el telefono y te llame.
- "Quiero verte... Necesito verte"
El deseo fue mas fuerte que mi razon.... y al corazon no le importo volver a salir lastimado... mi cuerpo necesitaba del tuyo.
Termine la copa de vino y sali hacia el lugar que habiamos pactado.
17 agosto, 2006
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